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Vida

vida contenida en lo eterno de un instante en que derramados pensamientos alcanzan lo profundo. Surges por el aro bendecido tropezando con torpezas y oxidando tus gestos en un ruido desolador. En que la muerte se apaga lentamente al saberse cierto de ser perenne en la tumba que es el aire.

Fuego lento

Unos brazos que rompen el silencio, silencio de recuerdos anodinos, torrente de hormigas por el cuerpo, que delimitan lo falso de lo eterno. Otros brazos que arropan al otoño, otoño de fuegos arbóreos, que se van consumiendo lento. Un abrazo, en el que confluyen todos los brazos en ti.

Erial

Arañandote por encima las ropas te inclinas sobre una llanura de algodón te estremeces al sentir el arado aflojar tu tierra yerma por el tiempo acallas la mente constipada huyendo de miradas que cuestionen tus motivos ya olvidas lo pasado regresas al cabello suelto las mejillas se te incendian con deseo te apoyas en la mesa profanando con tu tinta los recuerdos donde las telarañas luchan por volverte un capullo que rompes volando por bosques fríos Y te fumas el pasado en bocanadas que morman donde el aire batalla con hartazgos.

Desviviendo

La luz inunda los ojos; una llamada, febril contingencia, incapacitado. Que repique de este lado el teléfono... Silencio. La fiebre emborracha a las palabras y hacen una orgía. Cefalea. Taladro infame. Todo se decide con un botón, estás o no.

Desolación

El abandono durante horas, perderse en las fotos ajenas, en las historias que no tienen sentido alguno, en poemas de recuerdos olvidados, esperando una llamada, un suspiro, algo que defina el tono del día, observando esta pantalla idiota que me merma la conciencia, que si la guerra sucia, que si Luis cumple años, que qué me importa, qué carajo! Sólo aciertas a decir que el amor es un fantasma que aparece con los años...

Nocturno amarillo

Te asomas a la ventana por una rendija de cielo. Luna dorada, deja el sueño en paz, para olvidar los momentos amargos, dejarlos atrás.

Blueseando

A Lety Servín En las cavernas de tu voz resuenan los ríos y la piedra rutilante encuentra destellos de antaño; en los metales de tus manos percutes los anhelos y los ritmos de horizontes; y explotas en acordes no discordes a tus pasos, balanceando el peso del Tiempo, sin imposibles.

Amatista

Esos ojos rutilantes, que van cargando soledad y tristeza, desnudándola en episodios oníricos, en medio de paredes desgarradas, con la luz ardiendo en la piel de las plebeyas. Vienen con canciones que llevan al ritmo de tu espalda, horizonte hondo de hazañas de fuego, en calma.

Supernova

Ahí va este hombre delirante con el código del Mundo en sus manos, diciéndole a todos que no está loco. Lleva el peso de los siglos como un pípila del Tiempo, con su ejército de impíos transformándote en unos y ceros. Explota, hombre de mil soles; derrota todos tus miedos. Vence a la ignorancia y danos nuevos bríos.

Reflejo delirante

En ese espejo que no refleja la vida de tus poros, te observas, infinita como un suspiro que flota en la conciencia, te inclinas ante esa materia etérea y desnudas en la mente los deseos, ateridos por el frío del Universo.

Cajeme

Torcido en la infinita brisa deliras, en busca del líquido que acabe tu tormento. Eso de jugarle sucio al Tiempo te lleva a fenecer en un intento, a revolcarte sin clemencia en medio del Viento siendo una agonía. Cactus sin miedo y sin sustento, flotarás por siempre en el desierto sin salida.

Caza ajena

Levantado el vuelo cazas, gato en un cuenco argento, confuso ya es jugar a ser tu mismo sino vieres al ratón convertido en latón. Trepas entre la madera y rafia esperando encontrar algunos trozos de verdad carnívora y con gozo descubres tuya cruda realidad. Corres luchando con el mismo Diablo, adelantas un paso trepidando el charco delirante de cemento. En este balanceo eterno confluyen los actores de tu drama incierto que tragar y ser tragado intuyen.

I

Gotas de luz traspasan el vaso, difractando la noche con soledades solares e historias de pájaros eufémicos y la cerveza, llena de verdad me hace creer mis falsedades. Así, mojado de la lluvia de una lámpara, te observo y sonrío.

Mi-edo

Escucho rasgarse la membrana que detiene tu huída, la que te desentiende de la puta indecisión, esa pendeja que carcome las entrañas de su huésped y no lo deja levantarse del asiento y girar el picaporte; de nuevo me gritas ¡Lo siento! y corres, dejándome esta herida.

Poefilia

En tu esencia errante, has ido, Poesía, definiendo los bordes de los cerros, mojando las tierras con los rayos de mil soles delirantes, alternando la aurora y el nocturno brío. Pero ya no se divisan los cerros, las tierras sedientas de luz se mueren de hastío; sólo te despertamos de tu sueño yermo, los locos, los impíos. Hija de Brigit: no has muerto!

Náufrago

Zarpando en el barco de mis pensamientos, respiro la breve brisa del mar, que me recuerda la frescura de tu aliento; la Vida deslizándose en los dedos del sueño, dejándome en un naufragio en el que tu recuerdo es mi isla.

I

La mañana se empeña por pasar a través de mis dedos, sin importarle el trasiego de la víspera y el insomnio creador. Y en este diálogo con el resabio del sol escuché el vino de tu cuerpo-ánfora correr.

Fatiga

Te reclinas como buscando el alivio a todos los pasajes, olores y viajes que has transcurrido, aunque nadie sabe en dónde dejaste eso que no te libera de ser un pípila del Tiempo.

Adicción

Bebiendo la tinta por los ojos desnudas mis argumentos, desmenuzas todo lo que te digo en el papiro eterno; compartes tu adicción con cientos que juegan a contratiempo y le echas la culpa al jazz que se escucha desde el viejo café que otrora frecuentaras. No te queda más remedio que terminar y buscar en algun barco otro shot de tu alivio.

Monorueda

Balanceando la vida en tus brazos, defino el contorno del día, a veces cayéndome, otras tantas burlando la cara del suelo, alternando las causas de tu vaivén, planeando o volando, pero siempre jugando contigo, aire; jugando a que juego sin tí.

Biblios

Con tu esqueleto de acero y tu piel de vidrio, escuchas al bronce repicar, en medio de una llanura gris con acróbatas del miedo y muchachas ansiosas pasando ante ti, que nunca vislumbran tus entrañas, llenas de viajes y de tonos de otros lugares, con el secreto de la alquimia y lo exacto de los versos. Te descubro, fósil del cuento, y ante ti,tiemblo.

Amargo grito

Me colapso en la espera de tu víspera, en que dejas al Viento escapar por las cumbres escarpadas de tu miedo; las visiones anunciadas, los romances imaginarios. Cuelgo el teléfono y la lengua amarga se entumece. Respiro y sigo esperando.

Acuífero

Cuando la vida se te escapa en un leve suspiro del alma, persiguiendo visiones en medio de la nada; sin los vicios que carcomen la piel y las plantas de los pies que no saben, que no sienten si van o si vienen, en una ciudad fantasma en la que nadie lo entiende. Todo se pudre flotando, en el aire, lleno de penas y amores, de silencios y canciones. Cuando la vida te alcanza, pisando tus pasos, tropieza y confunde la fe con retazos.

Agua espejeante

Imagen
Flotas en medio de esos muros como una humeante realidad, en espera de la serpiente emplumada que recorra tus aires, de los tiempos añejos en que vislumbrabas onyx y tezontle, cuando el aire se haga uno con tu luz, y que deje flotar el Tiempo. Casa Barragán, Ciudad de México, México

Febril

Por eso me gusta recitarte, leerte, medir tus versos con la punta de mi lengua, respirar tus palabras con mis ojos, empuñar tus armas con el fuego hondo. Por eso me gusta recorrerte entre naufragios, volviéndome loco, sudando de a poco en poco, devolviendo al Infierno lo que no será. Volviéndome, loco.

Digital

Con las yemas de los dedos, defino las hebras que me llevan a tu cielo; a ese aposento que me hipnotiza con la aurora, con acentos sutiles y con cuentos, de esos que surgen del alma, que surgen sin hielo. Con las yemas de los dedos defines mi Tiempo.

Acción en la ficción

Esperando la espera, el cielo desespera, sin que haya preguntas que respondan sus palabras; acaso una guerra, una guirnalda pero no desaparece la ficción: solo se mezcla con la nada.

Circunnavegación

Ahora eres aire que flota buscando rescoldos de tiempos pasados en los viajes futuros; vas atrapando globos llenos de esperanza atavíos de cerros lejanos, con caminos arrumbados y con hombres de juguete y de amaranto.

En mí

Yo te conozco de milenios atrás; cuando los mares tenían otras banderas cuando las vidas no eran tragedias, yo te conozco. Te reconozco en mí y con mi acierto de ser un fluir, me llenas de brisas, me llenas de mar.

Del mar al aire

...encontré tu rostro en la arena bordeando el sol que refleja lo serena que es la marea; las curvas de tu vida, que desnudan los brillos de mis ojos. De pronto embraveces y retumbas entre los locos que se atreven a desafiar la mirada ... de tus ojos

Oclusión

¿Qué quieres ver en mis ojos sino el cinismo con que llenas el Tiempo, la pausa de un andar errático, los mismos vicios del pasado, una historia contada una y otra vez, el cansancio del insomnio, el hartazgo de lo que no llegará, de las promesas que se erosionan con el Viento... Qué quieres ver, sino fuego?

Sin alegatos

Acaso le tengo miedo al olvido a que me tome en sus fauces y me arranque las pocas ilusiones que el desuso me ha dejado. Entre gritos rubios y sarcasmos malogrados se escuchan los redobles mundanos de la fatiga, de los lamentos y connatos. De éstos últimos he quedado plagado; como nube de esos polvos, como fuego salpicado.

Poesía incompleta

Quiero deshacerme entre la niebla, entre palabras y tormentos, entre la vida y entre cuentos, entre soledades y festejos, ser la nada de una bala y el universo de un beso; huele a sangre, huele a sexo. Que leven mis cenizas, entre sueños, y se las lleve el viento.

Sólo eso

Esos ojos sentados, recordando ayeres nublados, haciéndome vivir un presente postergado; esos ojos vivaces, que andan lejanos: tus ojos.

Danza maldita

En las eternas llamas en que me envuelves con tu danza maldita, me lleno de pecado y de rubor mientras marcas el ritmo de esta soledad, con las curvas tortuosas que van a tu templo: esa mística que quiero profanar.

Vías férreas

El tren de mis sueños arrastra recuerdos plagados de soles sin dueño, de los aires secos de tus tardes serenas, en las que, inmóvil, dibujabas contornos que hacen palpitar aún veranos enteros.

In & out

Aire sobre nuestras manos que arrebata nuestros sueños; que regresa a los muertos como Hades lo negaba y, sin embargo, el mundo sigue girando. En este eterno suspirar empeñamos la Vida, pero el Tiempo no espera: espera; lo hemos perdido.

Estirpe

Te vistes de diamante, insulsa y ladina junto al Sol, porque sabes que el Viento no arrebata tus guirnaldas; te sientes tan segura con mis pasos en los tuyos y lo demuestras en cada rayo; en cada torpe despertar vuelves a la realidad y levantas el guión que se ha caído al suelo.

Eólica

Hoy le pregunté al Viento por vos y me susurró con una brisa, con un regalo, con la poesía que divisa el canto, llena de guirnaldas y de olores; llena de tí, no sinsabores.

del Viento al Viento

Te encuentro caminando en una polvareda inacabable, con las mejillas encendidas, con el sudor del camino aferrado a tu cuerpo; fruto fresco que devoro con mis sentidos, que persigue a tu sombra con tanta inocencia, en medio de un sol resquebrajado, con el ardor de la piel que me deja encandilado; te vuelves de Viento y fluyes dorada, por el acantilado.

I´m so tired

En una esquina, desdibujándote, esperas el nuevo amanecer, sin entendimientos ni conciliaciones del pasado; sin la fuga común, la que siempre te conduce al sinsabor, al hueco en el estómago, al sentimiento mal entendido; la que definitivamente no te eleva en espirales. Desde una esquina, renaces.

Apnea

Por qué construiste este muro que recuerda las flores marchitas, que milita entre palabras y tristezas y que no me deja ver la fuerza del Viento? En una espiral los recuerdos se agolpan, galopan y dejan el frío en mis sueños, en mis párpados; entre tiempos descubro un azul sentimiento que acaba conmigo, sonámbulo de ti.

Despertar

¿Cómo está todo por allá? Con esa pregunta me levanto mientras los días me corretean al saberte ausente, en la desesperación de tu sombra perdida, en el anhelo de una sonrisa, en el recuerdo de tus enojos anodinos, en el deseo de las hebras ensortijadas que me elevan a tu Cielo; en mi ausencia de ti.

Cielo de sal

Inquieto, dejo atrás el cielo de sal que me hizo encontrarte, cuando nunca te había perdido, llenándome de arena, donde no pasan autos, donde no pasa nada, donde los bravos desafían lo que se rompe sin cristales, donde los novios se confiesan mutuos los sueños unidos con metales. Playa Salahua, Manzanillo

Adormilado

Me voy hundiendo en tu noche, en que las olas rompen la bahía donde me dejaste encallado; donde la brisa ya no llega ni deja a la aurora venir. Las sirenas de barcos lejanos anuncian la víspera de amaneceres llenos de oro y yo sólo entreabro los ojos: llenos de sueños compartidos. Playa Salahua, Manzanillo

Dorado mar

Infinitas vías lácteas en el vaivén del Tiempo mientras una música llena de miel nos deja dorados. Cuando ese oro flota hacia la eternidad, recuerdo las tardes de Ítaca en las que me bañabas de ti, planeando en el cielo acuoso. Mi caña flotando alrededor de mi, girando y yo hilando, tejiendo los sueños que olvidamos...