del Viento al Viento

Te encuentro caminando
en una polvareda inacabable,
con las mejillas encendidas,
con el sudor del camino
aferrado a tu cuerpo;
fruto fresco que devoro
con mis sentidos,
que persigue a tu sombra
con tanta inocencia,
en medio de un sol resquebrajado,
con el ardor de la piel
que me deja encandilado;
te vuelves de Viento
y fluyes dorada,
por el acantilado.

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