Desvaneciendo-me

Hasta que ya no distingas tu cuerpo de la sombra
te aterraré,
cederé a la ignominia del deseo,
a la soledad

que posa sus ojos en la nada;
a la que sigue desnuda los pasos
de la lluvia en el alba
que destila los poros.
La que nos dice que el alma
perdida en el fuego...

Continuará

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