Una y al viento

Hoy soñe que una lágrima
buscaba descanso
en tu mejilla,
porque en la mía sólo hace por
correr, como un loco enardecido.

Aún no puedo entender
cómo se puede amar
como lo hago contigo.
Cómo abandonarse de esa manera
en la que no importa qué hora es
ni qué color de camisa uso
ni el precio del combustible.

Y sólo me queda
pensar en el viento
y en las hojas que trae
cuando roza la tierra,
cuando llena el silencio.

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