Amar no es suficiente

El miedo me invita a observarlo
mientras carcome lo poco que queda
de mí,
deslizando sus fauces a través de mis acciones
que son como cuentos viejos
contados en presente,
éste presente rojo
que pica en la lengua,
que mantiene el insomnio
para poder ser tragado
una y otra vez:
el miedo.

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