A veces la respuesta viene inesperada, inhóspita, inconspicua, creciente entre las piedras,permeando la sinceridad y los miedos,pero,aunque no llegue,siempre habrá una oración pidiéndola.
Escribo de ti porque me da la gana, mientras me ignoras porque te da la gana. No ganamos, porque el amor no vive entre las tumbas; se muere entre los vivos.
Tengo ganas de ensordecer al silencio, de que la oscuridad profunda se caiga sobre nosotros, que la luz se convierta en agujas del tiempo, que cuente las horas que quedan previas a la huída, sin vida. No sé la razón de esta llama que atraviesa la dermis sin dejar huella.
Te encuentro caminando en una polvareda inacabable, con las mejillas encendidas, con el sudor del camino aferrado a tu cuerpo; fruto fresco que devoro con mis sentidos, que persigue a tu sombra con tanta inocencia, en medio de un sol resquebrajado, con el ardor de la piel que me deja encandilado; te vuelves de Viento y fluyes dorada, por el acantilado.
Comentarios