Huyendo

El dolor de mis hombros
no huye ante tus besos.
Sólo se esconde entre
mis ropas,
con miedo a que lo rompas.

A veces pierdo mi sombra
por caminar tan rápido.
Y esta angustia
que no se disuelve,
que no se disuelve...

Ya no funciona el reloj
de mi mente
en sincronía.

Comentarios

Esther Cabrales dijo…
Gracias por visitarme. Asi que, ¿te gusta la literatura? y escribir por lo que se ve...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Entradas más populares de este blog

Desgana

Profundo negro

del Viento al Viento