Una y ninguna
Ésta. Aquella. Esa. Mujer, que no tienes nombre ni rostro, Ninguna identidad. Que no quieres saber, que no quieres amar. Que dejas caer levemente ese tejido de hebras que elevan al cielo. Ese tejido infinito que transporta al No Tiempo. Que vienes y vas y no dejas que la espuma de éste mar toque tu costa.